Un tratamiento Botox no es para toda la vida. Sus efectos pueden durar unos 3-4 meses, y aproximadamente en 5 o 6 meses irán desapareciendo. A partir de entonces, podrás disfrutar durante un periodo aproximado que oscila entre cuatro y seis meses de todas sus ventajas. Por lo tanto, lo normal para mantener tus resultados sería realizar sesiones de inyección de bótox dos veces al año.
La edad para realizar el tratamiento es muy diversa, y varía de persona a persona, es común ver pacientes de incluso 25 a 35 años con una gesticulación muy fuerte, por lo que en este momento es importante empezar a prevenir para ir educando los músculos para que se mantengan relajados y no generen arrugas. Si empiezas a ya a notar las arrugas a finales de los 20 o principios de los 30 años, es mejor que consideres la posibilidad de explorar las opciones de tratamiento preventivo. El Botox se utiliza desde hace más de 100 años, y en la última década se ha convertido en una terapia antienvejecimiento increíblemente popular. También las manchas suelen aportar más años que las arrugas dinámicas (que son las que se busca reducir con el Botox).
Ya que como explicamos en este artículo las arrugas podrían no reducir con Botox si son arrugas profundas (arrugas estáticas) y generalmente son estos tipos de arrugas que aportan más años a nuestra cara. Porque las inyecciones de Botox en la cara son uno de los procedimientos más seguros, más estudiados desde muchos años atrás y con resultados inmediatos. Las pacientes entre los 50 a 60 años, en quienes las líneas ya han tenido contracción por años, pueden ser tratadas con sólo Botox para las arrugas y se obtienen excelentes resultados.