La mayoría de los dermatólogos concuerda en que el bótox es seguro y confiable. Se realizan millones de intervenciones al año, casi sin reportes de efectos secundarios graves. La toxina botulínica, o bótox, se ha convertido en una de las grandes estrellas de los tratamientos estéticos. El motivo está en que al inyectarse en la piel relaja los músculos de la zona y los paraliza atenuando, así, las arrugas.
Una alternativa para evitar tener que entrar en quirófano y someterse a una cirugía estética. Sin embargo ¿por qué han empezado a saltar las alarmas?. Si usted decide dejar de usar el bótox, las arrugas de la frente volverán a lucir igual que antes de que empezara con las inyecciones. Millones de pacientes al año ven como sus arrugas prácticamente desaparecen a la semana de usar Botox.
Sin embargo, eso no significa que las personas mayores de 65 años no puedan o no deban usar el bótox, sino que es importante reconocer que los resultados quizás no sean tan buenos como en la población más joven. Generalmente, las complicaciones se dan por una mala aplicación a raíz de la falta de experiencia o por usar otra sustancia que no sea toxina botulínica para arrugas. La premisa básica es que si empiezas a usar bótox, el cual congela las arrugas, cuando eres joven, no desarrollarás las marcas del envejecimiento que la gente trata de “corregir más adelante en la vida.